El 25 de agosto de este año se cumplirán los 200 años de la independencia de Uruguay, y me gustaría aprovechar esta oportunidad para exponer algunas reflexiones sobre la traducción de su nombre al chino.
Cuando llegué
a China hace ya casi cincuenta años, aprendí que Uruguay se decía en chino wu-la-gui (乌拉圭). Al
principio no me llamó mucho la atención, hasta que me fui dando cuenta de que,
desde México hasta Tierra del Fuego, Uruguay y Paraguay eran los dos únicos
países de América Latina cuyos nombres en chino no tenían ningún parecido con su pronunciación original. (Quizás el caso de Brasil, ba-xi, también podría
ser considerado una excepción, pero no “tan grave” como en el caso de los
países citados).