Las elecciones que tuvieron lugar el pasado 28 de julio en Venezuela han creado conflictos y polémicas tanto en lo nacional como en el aspecto internacional, en especial en nuestra América Latina y el Caribe.
China no ha estado ajena a las mismas; más al contrario, no se deja de recordar que fue uno de los pocos países que felicitó, de forma casi inmediata, al presidente Nicolás Maduro.
El mismo lunes 29, al ser consultado sobre la opinión del gobierno chino, el portavoz oficial de la Cancillería, Lin Jian, indicó que “China felicita a
Venezuela por el éxito de sus elecciones presidenciales, y al presidente
venezolano, Nicolás Maduro, por su exitosa reelección”.
Ésta podría haber sido considerada una respuesta "diplomática" ante una consulta concreta por parte de la prensa. Sin embargo, al segundo día, el martes 30, el presidente Xi Jinping envió un telegrama de felicitación a Nicolás Maduro en el cual se indicaba:
"...desde que asumió el cargo, el presidente Nicolás Maduro Moros ha dirigido al Gobierno y al pueblo de Venezuela a seguir con firmeza un camino de desarrollo acorde con sus propias condiciones nacionales, consiguiendo notables logros en la construcción nacional."
"China, como siempre, apoyará firmemente los esfuerzos de Venezuela para salvaguardar su soberanía nacional, dignidad nacional y estabilidad social, y respaldará con firmeza la justa causa de Venezuela de oponerse a la interferencia externa."
Insistimos en que esto tuvo lugar en medio de una polémica internacional, en la cual se mencionó con frecuencia que China, junto con Rusia, Irán, Nicaragua, Cuba, Honduras, Bolivia y Siria habían sido los únicos países que habían felicitado el "triunfo electoral" decretado por las autoridades venezolanas.
Al mismo tiempo, los medios de prensa oficiales chinos también se han puesto de forma clara y directa al lado de la propaganda de Caracas, llegando incluso a titular Xinhua 31 de julio que el “pueblo
venezolano se moviliza en defensa de la paz y en respaldo al presidente Maduro".
Es obvio que China, como estado soberano, es dueño de fijar su política internacional, y no necesita que personas tan insignificantes como este servidor, le indiquemos cómo debe actuar o comentemos sus acciones.
Pero como en otros casos, en muchos casos, hemos defendido a China, aun a costa de persecusiones, agravios y represalias, esta vez también nos permitimos, con modestia y respeto, decir de forma franca, pública y directa lo que pensamos sobre este tema.
Vaya por delante que considero que principalmente Estados Unidos, y tampoco la Unión Europea, tienen la autoridad moral para interferir en los asuntos latinoamericanos y menos aún indicar cómo se deben hacer las cosas, qué está bien o qué está mal hecho.
Esta aclaración no es baladí, ya que, lamentablemente, en este nuevo mundo que estamos viviendo, si alguno está en contra de lo que para mí son verdaderos sátrapas como Nicolás Maduro o Daniel Ortega, ya te tachan de "fascista" y de estar al servicio del imperialismo estadounidense.
Creo sinceramente que China se apresuró al felicitar de forma tan inmediata a Nicolás Maduro, y que tanto esto como la posición de su prensa oficial, no será nada favorable -al contrario- para el futuro desarrollo de sus relaciones con América Latina y el Caribe y sus países.
Lo que incluso sería aún peor es la influencia negativa que esto podría tener en los pocos países de la región que aún no reconocen al gobierno de la República Popular.
Es un hecho que, como casi no se había visto en el pasado, en América Latina gobiernos de izquierda, de centro y de derecha; partidos de diferentes tendencias politicas, incluidos algunos de izquierda, lo mismo que políticos de gran prestigio -algunos de ellos grandes amigos y aliados de China- han coincidido en sus críticas a cómo fueron realizadas las elecciones venezolanas y en particular a cómo se anunciaron los resultados de las mismas.
Desde los años de Zhou Enlai, China siempre se caracterizó -con algunas exepciones en años muy convulsos- por su exquisita diplomacia, con la idea de "hacer amigos en todo el mundo". En el caso de América Latina tenemos en este sentido dos ejemplos a destacar y son los de Chile y Uruguay. Aunque en ambos países hubo, en las últimas décadas, alternancias entre fuerzas políticas consideradas de "izquierda" y otras de "centro" o "derecha", sin embargo, las excelentes relaciones bilaterales nunca se vieron afectadas por esos cambios de gobierno.
El caso de Venezuela podría dar a entender que se estaría produciendo un cambio en la diplomacia tradicional china, algo que ya se está viendo en el caso de las relaciones con partidos políticos.
Esperemos que esto no sea así, pero quizás algunos "daños" sean ya irreparables a corto y mediano plazo.
Ser amigo de China no implica estar de acuerdo "con todo", y menos aún ir cambiando de posición a medida que los vientos cambian de dirección. Esto sería lo más fácil del mundo. Pero creo que los amigos de verdad son aquellos que se atreven a decir, con educación y respeto, lo que de verdad piensan, aunque esto no implique que se consideren dueños de la verdad y, al fin de cuentas, y como siempre ha sido, China hará -como cualquier otro país- lo que considere mejor para sus intereses.
@PabloRovetta
Gracias por tu comentario Pablo. Tu visión sobre China creo que siempre hay que tenerla en cuenta para los hispanohablantes. El problema de China y su principio de no injerencia es que al final es acabar en una posición de pretendida amoralidad (es decir, de inmoralidad). Son equilibrios difíciles porque si no eres amoral (es decir, inmoral), eres colonialista... por lo que es una cuestión compleja.
ResponderEliminarGracias a tí por el tuyo. En mi modesta opinión, esta vez China ha roto con su principio de "no injerencia" y ha tomado parte de forma muy clara y directa, por una de las partes. Se podría haber esperado....En otros años hubiera dicho que su deseo era que el pueblo venezolano resolviera en paz sus asuntos, sin injerencias extranjeras. Lo "peor" es que actuando así, China se está quedando sola en América Latina. Hasta Bolivia está pidiendo las actas. En fin, para mi una "gran metida de pata" de la cual va a ser muy difícil salir.
EliminarDefinitivamente, tachar de fascista a alguien no es cosa menor, y el término se utiliza con muchísima laxitud en estos días producto de la ignorancia. Quizás tú no apoyes al imperialismo estadounidense, no lo sé, pero tomando estas posturas, indirectamente le estás siendo funcional, eso es seguro. No veo que se le dediquen tantos ríos de tinta a sátrapas como Milei, Trump, Biden, Bolsonaro, Zelensky, Macrón, los Jeques dueños de los países árabes, Netanyahu, payasos corruptos como el propio Guaidó (descartado por los propios Estados Unidos por inútil y del cual no se habló nunca más), como Corina Machado, que pide intervención estadounidense en su propio país (acción condenado por la justicia en los propios Estados Unidos como máxima traición a la patria) entre otros. La mayoría de estos, líderes a los que se reconoció inmediatamente sin pedir actas ni tantos formalismos jurídicos como se le exige a Venezuela, a pesar de que muchos de ellos fueron acusados por sus opositores de ganar fraudulentamente.
ResponderEliminarEl peligro que enfrenta la humanidad en este momento es la decadencia del imperio yanqui y sus perros falderos de la OTAN, que no deja de provocar ni de generar guerras en todos lados con el objetivo de aferrarse a un hegemonía unipolar que lentamente se va desvaneciendo. El peligro de la humanidad no es Venezuela.
China reconoce a Venezuela porque es un Estado soberano hace un buen tiempo ya (vos sabrás más), por lo tanto sabe reconocer allí en donde hay otro Estado soberano, tan sencillo como eso. La soberanía y autodeterminación de los pueblos se respeta. Confundir esto con injerencia es como confundir autos con guitarras. No hay que meterse a ordenar la casa de otro, mucho menos si la de uno es un relajo (la corrupción y delincuencia del actual gobierno uruguayo quedará para la historia, no alcanzan las manos para enumerar sus casos y su gravedad).
Comparto una opinión opuesta para enriquecer el debate.
https://joseloolascuaga.blogspot.com