Tal como anunciaba en mi última entrada, el 2020 se cumplen importantes aniversarios entre las relaciones de América Latina y China. Tras una visión general y la cronología proporcionada la semana pasada, hoy dedico mis Reflexiones a una breve descripción del origen y desarrollo de esas relaciones en el caso concreto de Cuba.
El próximo 28 de septiembre se cumplirán seis décadas desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular China y la República de Cuba, el primer país de todo el continente americano y del mundo de habla hispana en reconocer oficialmente a la nueva república que Mao Zedong había proclamado el 1 de octubre de 1949.
Al mismo tiempo, en noviembre también se cumplirán sesenta años de la primera visita del "Che" Guevara a China.
Las relaciones con los países de América Latina, sin embargo, eran en algunos casos muy activas en un plano no oficial.
En octubre de 1952 tuvo lugar en Beijing la "Conferencia de paz de Asia y la región del Pacífico", con la asistencia de más de ciento cincuenta personalidades de once países latinoamericanos.
La necesidad de contar con intérpretes en español para dicha Conferencia llevó al Primer Ministro Zhou Enlai a dar instrucciones para preparar a un grupo de jóvenes chinos en el estudio de nuestra lengua. Ese fue el detonante y el comienzo del estudio del español en el gigante asiático.
Además, durante la década de los cincuenta, es muy activa la que Zhou Enlai denominaba "diplomacia popular". Mientras muchas delegaciones chinas -comerciales, artísticas, sindicales- visitan América Latina, desde la región viajan también con frecuencia a la República Popular personalidades del mundo de la cultura, la política o el comercio.
Cuando la noticia del triunfo de la Revolución Cubana llega a Beijing, el entusiasmo es general entre los dirigentes. Son muchas las expresiones de admiración y apoyo por parte de Mao Zedong y Zhou Enlai, que por razones de espacio debo obviar. El día 25 de enero, diez mil personas se concentran en el Estadio "La Capital" para celebrar dicho triunfo.
En abril, dos periodistas de Xinhua abren en La Habana la primera oficina permanente de un organismo oficial chino en el continente americano.
Con el paso de los meses las relaciones bilaterales se van fortaleciendo. Las visitas bilaterales son periódicas y el nivel de las mismas va creciendo. Los dirigentes cubanos, al recibir a una delegación de periodistas chinos, sugieren que el Gobierno de Beijing envíe un cargo de alto nivel para hacerse cargo de la Agencia Xinhua y convertir a ésta en una representación gubernamental, pero no oficial, de la R.P. China.
Ceng Tao -que trabajaba en la Dirección de la Municipalidad de Shanghai- es la persona enviada por Beijing para asumir como Director de la Oficina de Xinhua, y tendrá un papel crucial en el proceso de establecimiento de relaciones diplomáticas.
Los primeros años tras la caída de la dictadura de Batista son muy complejos para Cuba tanto en lo interno como en sus relaciones con el exterior. Al fin y al cabo había llevado al triunfo a una revolución en las mismas narices de los Estados Unidos. Incluso en el caso de la Unión Soviética (que tenía ya relaciones con la República de Cuba desde 1942, que luego fueron rotas por Batista en 1952) el restablecimiento de las relaciones diplomáticas se produce más de un año después del triunfo de Fidel Castro, en concreto el 8 de mayo de 1960.
En el caso de la República Popular, el anuncio oficial de reconocimiento diplomático por parte cubana se produce en un entorno bastante particular para lo que son las prácticas diplomáticas.
El 2 de septiembre de 1960 iba a tener lugar un acto de un millón de personas en La Habana. Un día antes, la cancillería cubana avisa a Ceng Tao que él y el jefe de una delegación comercial china que estaba en el país han sido invitados al estrado donde se iba a desarrollar el acto, y al acudir al mismo los funcionarios chinos se asombran que han sido sentados en la primera fila.
Debido a las dificultades en las comunicaciones, la noticia del anuncio de Fidel Castro llegó a Beijing después de 17 horas y el 9 de septiembre, Ceng Tao comienza los contactos con la cancillería cubana, se prepara el comunicado conjunto y el 28 de septiembre ambos gobiernos anuncian oficialmente el establecimiento de relaciones diplomáticas.
El primer embajador de la República Popular en suelo americano, Shen Jian, llega a La Habana a finales de diciembre. La trayectoria de Shen Jian, la historia de cómo se cambió su nombre, y su vuelo de llegada a la capital de Cuba -donde vivió la invasión de la bahía de los Cochinos y la crisis de los misiles- daría para escribir otra entrada en estas Reflexiones.
En todo caso, tras el establecimiento de las relaciones diplomáticas, los contactos bilaterales se multiplican.
En noviembre de 1960 el "Che" Guevara realiza su primera visita a China (la segunda sería a principios de 1965) y es recibido por el Presidente Mao y el Primer Ministro Zhou Enlai. Ese mismo mes se firma el primer acuerdo de cooperación económica entre ambos países, por el cual China se compromete a otorgar un crédito sin intereses, por valor de 240 millones de Rublos, para el período 1961-1965.
En septiembre de 1961, Osvaldo Dorticós Torrado, se convierte en el primer presidente del continente americano, y de un país de habla hispana, en visitar oficialmente Beijing.
Cuba jugó un papel fundamental en la enseñanza y promoción del idioma español en China. Lamentablemente, ahora que nuestra lengua está tan de moda en el país asiático, no se menciona mucho el papel jugado por el país caribeño.
Ya en 1964, cuando aún seguía siendo el único país del mundo hispana con relaciones con la República Popular, Cuba recibió al primer grupo de 108 estudiantes chinos.
El apoyo cubano a la enseñanza del español en China queda, entre otras cosas, demostrado por el hecho de que en su primer viaje a China, el "Che" Guevara visita el entones llamado "Instituto de Lenguas Extranjeras", un 19 de noviembre de 1960, donde es recibido, aparte de por las autoridades, por cerca de noventa alumnos que estaban estudiando la lengua de Cervantes.
Los años sesenta y setenta están repletos de acontecimientos importantes y trascendentales en la política interna y exterior de Cuba, lo mismo que en la URSS y en la República Popular China. Para describirlos y analizarlos no basta con estas simples reflexiones. Por ello, intentaré destacar de forma muy breve algunos de ellos.
No podemos olvidar que tras la subida de Jrushchov a la dirección de la URSS y del PCUS comienza un progresivo enfriamiento en las relaciones entre Moscú y Beijing, que llegan casi a una ruptura total a finales de los años cincuenta y durante los años sesenta y setenta.
En ese contexto tiene lugar la segunda visita del "Che" a China en 1965. Según recuerda Lázaro Fernándes, Encargado de Negocios A.I. en la Embajada en Beijing, el "Che" se reúne una noche con los cubanos en la Embajada y "Habló...sobre las contradicciones chino-soviéticas y que Cuba se encontraba equidistante de esa situación". (*)
De hecho, el 31 de diciembre de 1964 se había firmado en Beijing un acuerdo de comercio 1965-1970 y de pago de la deuda y en julio de 1966 se alcanza en La Habana un Acuerdo de Cooperación Técnica y Científica.
Con el paso de los años, sin embargo, es un hecho que Cuba se acerca cada vez más a Moscú, y en 1972 comienza a formar parte de miembro de pleno derecho de la COMECOM, una especie de Unión Económica creada por la URSS y de la cual formaban parte un importante número de sus aliados.
Uno de los conflictos públicos más destacados entre Cuba y China fue la posición opuesta de ambos países en la guerra civil de Angola, donde intervinieron, aparte de Cuba, potencias como Estados Unidos, la URSS y China.
El otro es cuando a comienzos de 1979, China lanza el "contra-ataque de autodefensa" y sus tropas invaden Vietnam por un período limitado de tiempo.
El progresivo acercamiento de Cuba a la URSS es directamente proporcional al enfriamiento de las relaciones entre el país caribeño y Beijing.
Eso no impide, sin embargo, que en 1971,1976 y 1980 se firmen sendos acuerdos quinquenales de comercio entre ambos países.
Pienso que valía la pena -eso lo dirán los lectores- extenderme tanto sobre esta historia (de la cual no he escrito ni la décima parte de lo que hubiese querido).
Es un pequeño reflejo de cómo ha cambiado el mundo en estas seis décadas. Y también es una muestra del pragmatismo de la diplomacia china y de su enfoque de un mundo multipolar.
Cuando la primera visita del Presidente Jiang Zemin a La Habana escribí en estas Reflexiones Orientales que China era el único país del mundo cuyo Presidente se podía dar un abrazo con Fidel Castro y a los pocos días visitar La Casa Blanca.
En esa muestra de pragmatismo, China no pone énfasis en las experiencias negativas del pasado, sino que prefiere centrarse en las positivas y en mirar hacia adelante. Eso ha pasado con países como Vietnam o con lo que ahora es Rusia.
En todo caso, y desde que llegué a China en 1975 nunca dejé de escuchar que Cuba había sido el primer país americano en reconocer a la República Popular, así como su ayuda en la promoción del idioma español.
Al recordar, a comienzos de este año, el aniversario de los lazos diplomáticos, el Embajador de Cuba en China, Carlos Miguel Pereira, indicó que “Los cubanos nunca olvidaremos las circunstancias en las que se produjo el reconocimiento a la República Popular China, devenido en uno de los primeros actos de soberanía y de independencia de la naciente Revolución cubana",
Efectivamente las circunstancias en las que se produjo el reconocimiento de la República Popular, y su importancia para el futuro de las relaciones entre América Latina y el país asiático merecen ser recordados en este año tan especial.
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(*) "Che: Recuerdos Profundos", de Adys Cupull y Froilán González.
@PabloRovetta
Creo conviene explicar que Guevara ostentaba el cargo de presidente del Banco Central de Cuba cuando visita Beijing en 1960.
ResponderEliminarEfectivamente, es verdad. Años más tarde hizo, como bien sabes, otro viaje mucho más complicado....
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