En primer lugar, y aunque algunos periodistas usen y defiendan el término, no me gusta el uso que se da a la palabra "el mundo". ¿Qué es el mundo? Hay, para mí, una desagradable tendencia a considerar que "el mundo" son los EE.UU. y algunos -no todos- países llamados "Occidentales", aunque entre ellos se incluye a Australia o Japón.
Los demás países no forman parte de ese "mundo", ni todos los países de América Latina; ni muchos países de la misma Europa Occidental, de la misma Europa como continente (por ejemplo Rusia), de África, de Asia o de Oriente Medio. Esa tendencia se ve en muchos aspectos. Por ejemplo cuando se habla del coronavirus, se menciona a "todo el mundo" como si todos los países hubiesen obtenido resultados y experiencias idénticas en la lucha contra la pandemia. Esto también se ve, lamentablemente, en la historia, la cultura, la educación y muchos otros aspectos, con pocas excepciones en las cuales un escritor o cantante llega "al mundo", o sea comienza a ser escuchado o leído en Europa.
Pero pasemos al tema de China, y en concreto centrémonos en esta nota de "Cadena Ser". No soy tan ingenuo como para pensar en que existe la "objetividad" absoluta, pero como un simple lector, me gustaría por lo menos que también se diera voz a "la otra parte". O sea, "el mundo" pensaría "esto" de China, pero ¿qué dice y qué piensa China sobre "esto"? Estaría bien que esto estuviera reflejado de alguna manera. En ese sentido, las "noticias" que se dan son en realidad comentarios, y tienen todo el derecho a comentar lo que quieran, pero por favor no lo vendan como una "noticia".
Podría extenderme mucho sobre los temas que plantea esta nota de la Cadena Ser, pero intentaré ser breve e ir directamente al grano.
El "espíritu pacifista"; bonita definición sobre la política exterior china "desde los años 70". Los "expertos" en este y otros medios -algunos de los cuales se llaman "amigos" de China- llevan tiempo insistiendo en esto. Al final muchos se van copiando entre ellos o copian lo que dicen los medios anglosajones.
Me gustaría recordar que una de las guerras de verdad más cruentas que libró China fue a comienzos de 1979, en este caso concreto con Vietnam, a la cual le siguieron años de enfrentamientos, hasta que al final las relaciones bilaterales se normalizaron en 1991.
En 1981 China redujo el nivel de sus relaciones diplomáticas con Holanda, debido a la implicación de este gobierno en la venta de submarinos a Taiwán. Esas relaciones se restablecieron en 1984. Menos de diez años después hubo un grave conflicto diplomático con Francia -debido a la venta de aviones a Taiwán- que llevaron al cierre del consulado galo en Cantón. Las relaciones volvieron a la normalidad en 1994.
Estos son hechos, no son opiniones. China ha mantenido y mantiene una política que nunca ha cambiado, en relación a temas como Taiwán o temas territoriales. Ha sido así en esos años del mal llamado "pacifismo" y sigue siendo así ahora.
En relación con las reivindicaciones sobre algunos islotes y archipiélagos, me gustaría recordar que éstas no son de ahora. Ya en el año 1975, cuando llegué a China, el semanario Pekín Informa sacó un artículo de cinco páginas, incluido un mapa idéntico al que utiliza ahora el país, titulado
"Las islas del mar de China Meridional, territorio chino desde tiempos modernos".
No soy un experto en el tema y por eso no voy a opinar. Lo que quiero decir es que estas "reivindicaciones" no son de ahora. Esto es un hecho. Lo que ha cambiado es que China es ahora un país más fuerte y tiene una armada más poderosa que hace cuatro décadas atrás, y que ese conflicto se ha visto agravado por la intervención de fuerzas ajenas a la región.
No estoy pidiendo que todos sean tan viejos como yo, algunos ni habían nacido o eran niños en 1975, pero por lo menos no estaría mal que estudiaran esos hechos concretos antes de dar una opinión.
Otro tema interesante que trata el artículo es sobre la actitud de los diplomáticos chinos. El artículo dice, citando a un analista, lo siguiente: "Ahora bien, si alguien intenta pisarles o entrometerse en su política interior, China va a enfrentarse a ellos". (Las negritas figuran en el artículo).
Se esté de acuerdo o no, la obligación del gobierno chino y de sus diplomáticos es naturalmente rebatir o "enfrentarse" a quien intente "entrometerse en su política interior". ¿Qué tiene eso de extraño? ¿Qué pasaría en España si China se entrometiera, por ejemplo, en el conflicto de Cataluña? ¿No sería una obligación del gobierno español y de sus diplomáticos realizar una protesta ante el gobierno chino?
Es obvio que los diplomáticos chinos, a quienes ahora llaman "lobos" en este artículo, defiendan con todos los medios que tengan a su alcance la política del Estado al cual representan; lo mismo que hacen, o deberían hacer los diplomáticos de todos los países. Siempre ha sido así, y si en los años setenta, ochenta o noventa no lo hacían a través de las redes sociales es porque entonces éstas no existían. También lo hacen los amigos de China, y lo mismo hacen sus enemigos. ¿O las redes sólo pueden utilizarse para atacar a China?
La conclusión de este y de otros artículos similares se resume en la siguiente frase: ."Es decir, (China) ha pasado a una postura mucho más beligerante, tanto con Estados Unidos como con otros países del mundo, de Oriente y Occidente."
Muy interesante conclusión, pero veamos los hechos. ¿No fue acaso el Presidente Trump quien comenzó los conflictos comerciales con China? ¿No fue acaso el Gobierno de EE.UU. quien ordenó cerrar un Consulado de China? ¿No es la Unión Europea en general y algunos de sus países en particular los que están poniendo trabas a la presencia de empresas chinas en su territorio?
Pero entonces resulta que es China la que "ha pasado a una postura mucho más beligerante". Resulta que la política de Washington no es beligerante, sino que lo es la del gobierno de Pekín. La actitud de algunos países europeos y sus limitaciones a empresas chinas, y a sus tecnologías, como el caso de 5G, resulta que no son beligerantes, y que por el contrario es el Gobierno de Pekín quien es beligerante hacia Occidente. Vaya "lógica" más kafkiana.
Si nos limitamos a analizar los hechos ¿estamos hablando de "China contra 'el mundo'" o en realidad de "'El mundo' contra China?
¿Y cual es la razón, el origen de todo esto? Que China ya no es "el enfermo de Oriente"; que es un país cada vez más fuerte y poderoso en todos los aspectos y eso "es un problema" para algunos países y empresas que ahora tienen que hacer frente a un "competidor". Que por suerte están quedando atrás los años en los cuales una minoría de países y sus empresas se repartían el mundo y sus mercados, y ahora cada vez más países han dejado de ser "el patio trasero" o "zonas de influencias" de algunas de esas potencias en declive.
Cuando China comenzó a abrirse al exterior a partir de 1979 las empresas occidentales -con el apoyo político y financiero de sus gobiernos- "hacían cola" para entrar al mayor mercado del mundo. Entonces China era "buena" y "pacífica". Sus ciudadanos, entonces, no podían viajar al exterior pero nadie criticaba esa "violación" de los Derechos Humanos. Es más, cuando su gobierno les dejó salir al exterior, fueron los países occidentales quienes pusieron todo tipo de trabas para proporcionar visas a los ciudadanos chinos. Entonces nadie en Occidente pedía "reciprocidad" a China.
Para desgracia de algunos, China tiene ahora cada vez más amigos en el mundo que los que tenía en los años setenta u ochenta. Y esta amistad se ha visto reforzada, por ejemplo, por la ayuda que la República Popular ha prestado a los países latinoamericanos o africanos en la lucha contra el Covid-19, aunque para muchos, esos países no formen parte del "mundo". Y nada de eso sale reflejado en la prensa española, por ejemplo. Como tampoco sale reflejada las buenas relaciones de la República Popular con muchos países de Europa o de Asia.
Supongo que después de estas reflexiones también seré considerado un "lobo". Lo único que me gustaría -pero sé que es algo irrealizable- es que cuando se de una noticia (una opinión es algo diferente) se tengan en cuenta hechos concretos, que las afirmaciones sean respaldadas por ejemplos concretos, que se pueda escuchar la versión de las dos partes y no como en este caso acusar a China de ser beligerante con Estados Unidos sin como mínimo mencionar que fue el gobierno de Washington quien primero decidió cerrar en un plazo de 72 horas el consulado de la República Popular en Houston.
Por último, lamentablemente, no tengo más que esta modesta plataforma para expresa mis opiniones sobre este y otros temas relacionados con China. No pertenezco a la lista "oficial" de "expertos", "analistas" o "sinólogos".
No pretendo tener la verdad absoluta ni mucho menos. Se puede estar de acuerdo o no con lo que escribo. Pero sólo me gustaría que en las crónicas, cuando se critica a China, se den hechos concretos, que las acusaciones tengan un fundamento y que se utilice más la lógica.
@PabloRovetta
Cuando se dice que en el pasado China era "pacífica" lo que implícitamente se está diciendo es que China era "dócil", que no tenía la capacidad de revolverse ante los abusos (neocoloniales, neoimperialistas) de los países que dominaban la hegemonía neoliberal. Ahora que China tiene la capacidad de tratar en condiciones de igualdad a las principales potencias es tratada como "rogue state", como un país díscolo y "agresivo" que no se somete a una"legalidad internacional" diseñada para que, precisamente, los países en control pueden seguir controlando los designios del mundo. Fastidia cuando te ganan a tu propio juego.
ResponderEliminarExcelente nota, Pablo Rovetta. No realizaré ningún comentario porque todo lo que pienso está en tu artículo, sigo desde hace décadas la experiencias de ese país, y sus esfuerzos. Muchos camaradas, especialmente los ortodoxos, no están de acuerdo con algunas cosas, pero como siempre, hay pequeñas diferencias y falta de una visión del mundo actual, al cual China se incluyó con las mismas herramientas de este momento, y ganó con estas herramientas. China es un país que negocia, sin meterse en la política interna de cada país, y no pone trabas, simplemente hace negocios que son equitativos para ambas partes.
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