En Uruguay, mi país natal, y a diferencia de lo que veo en España, aparte del mate, el té es una bebida frecuente -lo que nosotros llamamos "té negro"- y en especial por las tardes y en las casas y bares.. No sé si será alguna tradición que dejaron los ingleses, o incluso los inmigrantes rusos con su samovares.
De niño relacionaba el té con alguna enfermedad, una gripe, un dolor de estómago. Y por eso, prefería la leche con Vascolet (entonces, el equivalente uruguayo al Cola-Cao o al Newsquik).
Al llegar a China en 1975 con 17 años, mi visión, la idea que yo tenía del té cambió por completo.
En primer lugar, no había "bolsitas de té", sino que las hojas se ponían directamente en las tazas, para luego taparlas después de haberlas llenado con agua hirviendo. Era una verdadera odisea intentar tomar ese té sin tragarse algunas hojas, a pesar de que soplábamos antes de intentar beberlo.
La segunda "sorpresa" es que el té se "reutilizaba", o sea que una vez tomada la primera taza, se volvía a poner agua caliente en la misma, y este proceso se podía repetir varias veces. Por último no podía acostumbrarme a tomar té sin azúcar.
Cuando ya emprendí un poco de chino, "descubrí" otra de sus características al ver en las tiendas el cartel de "el té nuevo ha llegado"; o sea que, a diferencia del vino y otros licores, el té joven, nuevo, era el más apreciado, y por lo tanto el más caro.
También en esos años "descubrí" la primera palabra china en una lengua extranjera, y es que los brasileños lo llamaban "chá", lo mismo que en chino, palabra que supongo que se incorporó a la lengua portuguesa desde Macau, o que fue transmitida por los jesuitas portugueses.
También en esos años "descubrí" la primera palabra china en una lengua extranjera, y es que los brasileños lo llamaban "chá", lo mismo que en chino, palabra que supongo que se incorporó a la lengua portuguesa desde Macau, o que fue transmitida por los jesuitas portugueses.
El té formaba parte de toda la vida social del país, en una época en la que no había ni agua mineral, sólo un tipo de refresco, y sólo un café de Yunan, imposible de hacer por falta de cafeteras o de filtros. Al segundo día de llegar a Beijing, nos encontramos en la puerta de nuestra vivienda con un termo gigante lleno de agua caliente. Por razones sanitarias no se podía entonces beber agua de la canilla, o grifo. "Si tomas agua fría te dará diarrea" decían.
Los termos gigantes formaban parte, y aún sigue siendo así aunque en menor medida, de cualquier vivienda, oficina, fábrica, universidad, o hasta en los trenes. Incluso los conductores de autobuses y camiones llevaban un termo gigante bien amarrado con tiras de metal al lado del asiento para poder tomar té en sus descansos.
Con el paso del tiempo, se pusieron de moda los termos individuales; y la gente más humilde usaba frascos de cristal vacío, por ejemplo de Nescafé, cubiertos con un envoltorio de plástico para no quemarse la mano.
Termo típico chino de los años 70 junto a un termo moderno para el mate en Uruguay |
El hecho es que todos los ciudadanos tomaban té a toda hora; y el té se ofrecía automáticamente a cualquier ciudadano, sin preguntarle si quería o no. Formaba parte de la cortesía. En casas muy humildes, me servían un vaso o taza que sólo tenía agua caliente, mientras me decían, "por favor tome té".
Aunque no existían las costumbres sofisticadas que surgieron décadas atrás -la ceremonia del té, el "lavar el té"- había algunas "leyes" básicas que ya no se cumplen tan estrictamente. Por ejemplo, en un banquete o comida normal, el té se sirve muchas veces en una tetera, y el pico de esta no podía estar dirigido a ninguno de los comensales (para no causarle daño) sino que debía quedar siempre enfocado hacia afuera.
A los años de llegar, un día me dijo mi hermana, "¿viste que hay una cosa en la cual los uruguayos y los chinos nos parecemos?". Ellos están todo el día tomando té, mientras que nosotros hacemos lo mismo con el mate. Y eso, en Uruguay y en China, es una costumbre que tiene desde el Presidente de la República, ministros, hasta el más humilde de los ciudadanos; no sólo en la intimidad de sus casas, sino en sus lugares de trabajo, reuniones, etc.
Otra característica común es que tanto en China como en Uruguay le podemos agregar a nuestras respectivas bebidas, diferentes hierbas para mejorar aspectos de nuestra salud.
Con la paulatina modernización de China, se empezaron a poner de moda bebidas como la Coca-Cola o el café; pero por suerte mucha gente ha vuelto al té y éste no ha perdido ni mucho menos su vigencia. Es más, en algunos aspectos se ha sofisticado regresando en muchos casos a las viejas tradiciones que sólo se podían permitir en el pasado las clases más pudientes, de "saborear" -no beber- el té, y llevar a cabo una ceremonia muy complicada que requiere muchos elementos, no sólo una taza y un termo gigante como en el pasado.
Lo que más me gustaba y gusta de las reuniones en China es esa posibilidad de tomar té; aunque en algunas empresas o instituciones, éste ha sido sustituido, a mi pesar, por botellas de plástico con agua.
Una de las grandes diferencias con el mate, sin embargo, es que éste se comparte, mientras que con el té, cuando se toma en grupos, cada uno tiene su propia taza. Y por eso, estos tiempos de Covid-19, entre otras mayores desgracias, nos ha obligado a cambiar esta costumbre tan típica de Uruguay.
A pesar de tener té chino en mi casa de Madrid, nunca lo tomo cuando estoy en España o en Uruguay. Sólo lo disfruto cuando estoy en China.
Lo mismo me pasa con el mate, que sólo lo tomo en grupo cuando estoy en Uruguay.
Todo lo relacionado con el té es una verdadera ciencia en China, donde existen infinidad de variedades, y es una riqueza cultural sobre la cual hay mucho que aprender.
Desde enero no viajo a la República Popular y ya llevo varios meses sin disfrutar de ese té que me gusta tanto, y que sí tomo cuando "me transformo" al llegar al país y cambio mi modo de razonar, mis horarios, costumbres y hábitos alimenticios.
Aunque un poco tarde, vaya mi enhorabuena a todos los amantes de esa bebida tan especial.
@PabloRovetta
A pesar de tener té chino en mi casa de Madrid, nunca lo tomo cuando estoy en España o en Uruguay. Sólo lo disfruto cuando estoy en China.
Lo mismo me pasa con el mate, que sólo lo tomo en grupo cuando estoy en Uruguay.
Todo lo relacionado con el té es una verdadera ciencia en China, donde existen infinidad de variedades, y es una riqueza cultural sobre la cual hay mucho que aprender.
Desde enero no viajo a la República Popular y ya llevo varios meses sin disfrutar de ese té que me gusta tanto, y que sí tomo cuando "me transformo" al llegar al país y cambio mi modo de razonar, mis horarios, costumbres y hábitos alimenticios.
Aunque un poco tarde, vaya mi enhorabuena a todos los amantes de esa bebida tan especial.
@PabloRovetta
muy lindo tu relato... me trajo recuerdos de la primer estadía en Pekin en 1981. Los termos, el te con sus tazas con tapa, también recuerdos de amigos uruguayos con su termo bajo el brazo y el mate en la mano....Gracias por ayudar a recordar....... Saludos
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado. Efectivamente son recuerdos bonitos. Un saludo
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