Aunque no soy un experto en la materia, considero que ser intérprete y ser traductor no es lo mismo, aunque muchas veces, en especial por necesidades de trabajo, ambos trabajos los hace una misma persona. O dicho de otra manera, no un buen intérprete tiene que ser necesariamente un buen traductor, o viceversa. Muchas veces se le exige al intérprete, o se espera de él, que tenga prácticamente todos los conocimientos del mundo en su cabeza y los pueda recordar y usar en millonésimas de segundo, sea lo que sea de lo que se hable: historia, geografía, economía, geopolítica, literatura, temas científicos, deportes, arte, tradiciones culturales y un largo etc. Algo parecido pasa con el traductor, aunque no es tan inmediato, al cual se le pueden pedir desde textos literarios, manuales de uso de maquinaria, informes médicos, sentencias judiciales y también un largo etc.
En abril del año pasado escribí una reflexión sobre este tema, titulada "Luces y sombras en las traducciones de literatura china al Español", pero "limitada" a ese contexto. Creo que el texto no ha perdido actualidad, al contrario, y este año me gustaría completarlo con algunas nuevas reflexiones.
1. La importancia de los traductores, aunque no siempre se vea de forma directa, se extiende a todos los campos de la sociedad desde la ciencia y tecnología, la diplomacia, la economía, las ciencias sociales, el arte en general y un largo etc. Si ya desde la antigüedad el papel de los traductores fue fundamental, ¿se pueden imaginan este mundo tan globalizado, acelerado e inter-conectado, sin el papel de los traductores?
2. Lamentablemente, el trabajo de los traductores (y de los intérpretes) no está en general lo suficientemente reconocido ni valorado, ni mucho menos pagado. Muchas veces he oído decir sobre una persona, en tono casi despectivo, "no, es el intérprete". He visto también en mi ya dilatada vida profesional cómo con frecuencia, delegaciones que se gastan, sin exagerar, miles o decenas de miles de Euros en un viaje a China, son reacias a contratar un intérprete -"es que me parece muy caro"- y dependen cien por cien del intérprete de la otra parte.
3. Las posibilidades de promoción para un intérprete de habla hispana creo que son muy limitadas, mientras que por el contrario he visto muchos Embajadores chinos que comenzaron su labor como intérpretes y poco a poco fueron subiendo posiciones en su carrera. También lo he visto en otras administraciones chinas.
4. En mi anterior reflexión citaba a José Saramago diciendo: "Los escritores hacen la literatura nacional, y los traductores hacen la literaria universal". Creo que esta misma lógica se puede aplicar a las ideas en general, a la filosofía, la política, la ciencia y tecnología, el cine y todos los terrenos que ya he citado.
5. Volviendo al tema de la literatura china traducida al español he realizado un recorrido -no científico, lo aclaro- por algunos de los libros publicados, y lamentablemente mi decepción es igual o peor que el año pasado. Perdonen que insista pero voy a repetir dos temas:
6. En muchos casos se dice "Traducido por XX", pero no se dice si es una traducción directa o no, y para saberlo hay que irse a buscar el nombre del título original, en letras muy pequeñas y en una página que nadie lee. En muchas de las fichas de obras que aparecen en los portales más populares de Internet no figura el nombre del traductor; o si figura no se indica si la traducción es directa del chino o indirecta. Incluso he visto en algunos portales, por poner un ejemplo en el suplemento "Babelia" del, para mí prestigioso en el pasado, periódico español El País, una crítica del mes de junio sobre la novela "Una pizca de maldad", del escritor Ah Yi, donde no aparece una ficha del libro con su traductor.
Aunque, por suerte, es cada vez mayor el número de obras traducidas directamente del chino al español, solamente en un caso (y tengo que mencionarlo: la Editorial Kailas en los últimos libros de Mo Yan) he encontrado en la portada la frase "Traducido del chino por XX". Ya he indicado que este no es un estudio científico, y por lo tanto puede tener errores, en cuyo caso pido disculpas.
7. Como indicaba en mi anterior reflexión, el hecho de no indicar claramente de qué idioma ha sido traducido el texto no sólo es una falta de respeto al traductor y a su trabajo intelectual, sino -más que eso- un engaño de la Editorial al lector. Por eso, aunque sea solo y luchando contra los molinos insisto en que las Editoriales deberían estar obligadas a indicar de qué idioma se ha traducido la obra, y así el consumidor sabría qué está pagando y nadie compraría o pagaría lo mismo por una obra de Shakespeare traducida del inglés que del francés.
8. Por suerte he tenido el grato gusto de encontrar la página web "China traducida y por traducir" que recomiendo, ya que uno podrá encontrar las diferentes versiones de las traducciones de libros publicados: traducción de XX (en este caso se supone que del chino); traducción indirecta del inglés de XX; versión española de XX; traducción de XX, revisión de YY. El portal incluye muchas obras chinas -aunque lamentablemente siendo muy bueno no es completo- no sólo de literatura, sino que he visto que figuran hasta las Citas de Mao. En dicha página se puede buscar por traducciones clásicas o contemporáneas, por título y por autor. Incluso, en algunos casos, incluye los datos de traducciones a otras lenguas co-oficiales de España, como el Catalán o el Vasco, así como a otros idiomas extranjeros como el inglés, francés, portugués o italiano.
9. Para terminar no quiero olvidar la importante labor que desde hace muchas décadas han realizado y realizan los traductores chinos para llevar a su público obras del mundo de habla hispana. Lamentablemente no cuento con una estadística del total de autores y obras en español que han sido traducidas al chino. Sí existe un recomendable trabajo, en chino, de la Dra. Lou Yu, del CECLA (La Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos) titulado "Literatura Latinoamericana en China 1949-2016", donde detalla y clasifica por períodos históricos, autores, traductores y países las obras latinoamericanas traducidas al chino, un total de 506 obras de 206 autores. Obviamente la diferencia numérica en relación con la situación de la literatura china en nuestro mundo de habla hispana es abismal, aparte de que todas las portadas de las traducciones chinas que he visto incluyen el nombre del traductor. Por todo ello vayan también mis felicitaciones en su día a todos los traductores chinos que han trabajado y trabajan por un acercamiento cultural y literario entre nuestros dos mundos.
@PabloRovetta
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