Los seguidores de estas "Reflexiones Orientales" saben que he escrito más de una vez sobre fútbol, y en concreto sobre el tema de China.
Al final del artículo incluyo los enlaces de algunas de las entradas escritas.
Esta vez, y en relación con el Mundial de Rusia que se está desarrollando en estos momentos, me gustaría actualizar, y en algunos casos repetir algunas de las reflexiones hechas.
Desde que llegué a China en 1975, o sea 43 años atrás, no he dejado de escuchar las quejas de su población, muy aficionada al fútbol, sobre por qué siendo el país más poblado del mundo, no eran capaces de seleccionar a once buenos jugadores.
En los últimos años, a este "razonamiento" demográfico, se ha unido el poderío financiero de China y sus empresas, como si con todo el dinero del mundo se pudiera mejorar el nivel de un deporte detrás del cual hay tradición, picardía y lo que en Uruguay llamamos "garra".
Tras la llegada del Presidente Xi Jinping al poder, el fútbol se ha transformado prácticamente en una "cuestión de Estado" para la República Popular.
El "sueño" del Presidente Xi incluye tres aspectos: que China se pueda clasificar para un Mundial, que pueda organizar un Mundial, y por último que pueda ganarlo.
Para ello el país, sus empresas, sus equipos llevan gastados inmensas sumas de dinero, comprando equipos en Europa y contratando con salarios muy atractivos a técnicos y jugadores extranjeros, llegando a acuerdos para la apertura de escuelas, enviando a niños y jóvenes al exterior, y un largo etcétera.
Lamentablemente para el país asiático, todos esos esfuerzos no han dado resultados, y una vez más el país más poblado del mundo queda fuera de un Mundial.
En realidad, no es nada nuevo, ya que la República Popular sólo participó en un Mundial de Fútbol, el de Corea-Japón del 2002 que, al realizarse en Asia, permitió a China llegar a estar entre los mejores del Continente ya que la participación de Corea del Sur y de Japón ya estaba asegurada, como anfitriones.
Volviendo a lo indicado en el principio, China se basa en dos pilares para intentar poder participar a nivel mundial en uno de los espectáculos de mayor prestigio como una Copa del Mundo de Fútbol.
En primer lugar, el factor demográfico. ¿Por qué no se pueden encontrar once buenos jugadores en el país más poblado del mundo? Por suerte para países como Uruguay -con una población inferior a la de un barrio de Beijing y que ha sido dos veces campeón del mundo, cuarto en México y en Sudáfrica y el país que más Copas de América ha ganado- el factor demográfico no es fundamental, en mi opinión.
Con esta misma lógica demográfica China debería figurar como el país número uno de la tierra, no sólo en fútbol, sino en otros deportes. Es más, algo similar debería ocurrir con los otros países más poblados como la India, Estados Unidos o Indonesia.
En segundo lugar está el factor de poderío financiero. (Algo similar ocurre con los ricos países del Golfo Pérsico).
A pesar de ser un deporte tremendamente mercantilizado donde "mandan" la televisión, las marcas, los patrocinadores, por suerte también cuentan cosas como la tradición. Quizás sea demasiado ingenuo, pero hasta ahora el ejemplo de China y de los ricos países de la región del Golfo, creo que me están dando la razón.
Países como Uruguay, entre otros, son una muestra de que la demografía y el dinero no son los elementos claves para figurar a la cabeza del mundo. No sé si existen en Uruguay escuelas de fútbol, y si es así, cuántas hay, Lo que sí veo en Uruguay y nunca he visto en China son niños jugando al fútbol en la calle y plazas de todo el país, con pelotas de plástico, en zapatillas o descalzos. De allí han salido figuras que en la actualidad brillan en el fútbol europeo, por ejemplo Luis Suárez, Cavani o Godín, entre otros.
Recientemente Luis Suárez declaró que "no me avergüenzo en decir que con once años cuidaba autos para ayudar a mi madre y a mis seis hermanos".
En fin, lo siento por mis amigos chinos.
Estoy seguro que la República Popular y su máximo dirigente seguirán cosechando muchos éxitos en diferentes campos, y que en un corto plazo de tiempo se cumplirán muchos de los "sueños chinos" del Presidente Xi Jinping.
En cuanto al fútbol, y lo digo con todo el respeto y cariño hacia China y sus habitantes, creo que aún le queda una "Larga Marcha" por recorrer.
El fútbol chino no logra levantar cabeza.
El fútbol chino, de derrota en derrota
Una nueva decepción para el fútbol chino
@PabloRovetta
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