13 octubre, 2016

El fútbol chino, de derrota en derrota

Hace casi un año atrás escribía en estas Reflexiones Orientales "Una decepción para el fútbol chino"( Ver artículo pinchando aquí.)

En abril de este año, el gobierno chino, bajo la dirección de Xi Jinping, considerado un gran aficionado al fútbol, fijó un ambicioso plan para convertir a China en una "superpotencia mundial de fútbol" para el año 2050. 


Los tres "sueños" de Xi Jinping en relación con este deporte son: que China participe en un mundial de fútbol, que China pueda organizar un mundial en su territorio y por último que su selección sea campeona del mundo.

Al mismo tiempo, en los últimos meses hemos visto cómo de forma continua empresas chinas compran equipos de fútbol por todo el mundo, atraen con contratos millonarios a entrenadores y jugadores para participar en su Liga nacional, y llegan a acuerdos para la creación de escuelas de fútbol con participación de miles de estudiantes.

Desde que llegué a China en 1975, o sea 41 años atrás, no he dejado de escuchar las quejas de su población, muy aficionada al fútbol, sobre por qué siendo el país más poblado del mundo, no eran capaces de seleccionar a once buenos jugadores. 

En los últimos años, a este "razonamiento" demográfico, se ha unido el poderío financiero de China y sus empresas, como si con todo el dinero del mundo se pudiera mejorar el nivel de un deporte detrás del cual hay tradición, picardía y lo que en Uruguay llamamos "garra".

Con esta misma lógica -el país más poblado del mundo y con un extraordinario poder financiero- China debería figurar como el país número uno de la tierra, no sólo en fútbol, sino en otros deportes y demás campos de la vida social.

Por suerte para países como Uruguay -cuya población total es menor que la de un simple barrio de Beijing y que ha sido dos veces campeón del mundo y dos más campeón olímpico- la demografía y el dinero no son los elementos claves para figurar a la cabeza del mundo. No sé si existen en Uruguay escuelas de fútbol, y si es así, cuántas hay, Lo que si veo en Uruguay y nunca he visto en China son niños jugando al fútbol en la calle y plazas de todo el país. De allí han salido figuras que en la actualidad brillan en el fútbol europeo, por ejemplo Luis Suarez, Cavani o Godín, entre otros.

Lamentablemente para China su situación ha ido de peor en peor desde que en noviembre del año pasado escribí "Una decepción para el fútbol chino". En las últimas dos semanas ha perdido con Siria y con Uzbekistán para las eliminatorias del mundial de fútbol de Rusia del 2018, y de cuatro partidos ha perdido tres y empatado uno.

Sólo un milagro haría que China pudiera clasificarse para el mundial de Rusia. En realidad, no sería nada nuevo, ya que la República Popular sólo participó en un Mundial de Fútbol, el de Corea-Japón del 2002 que, al realizare en Asia, permitió a China llegar a estar entre los mejores del Continente ya que la participación de Corea del Sur y de Japón ya estaba asegurada, como anfitriones.

En este caso concreto del fútbol, me temo que va a ser difícil que, a corto y mediano plazo el sueño del Presidente Xi Jinping y de más de 1.300 millones de chinos se haga realidad por más dinero que sigan invirtiendo en todo el planeta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario