Una vez más, y como todos los años desde hace décadas, entramos
en China en el mes de marzo, recién pasado el año nuevo lunar, con la
celebración de lo que llaman “las dos reuniones”: la de la Asamblea Popular
Nacional (APN o Parlamento, que tiene carácter legislativo) y la Asamblea del
Consejo Consultivo Político del Pueblo Chino (una especie de “parlamento” paralelo no legislativo, cuyos integrantes dan sus opiniones y sugerencias sobre diversos aspectos de la vida
política, económica, social y cultural de la República Popular.)
Marzo es pues uno de los meses más importantes para los
seguidores de la actualidad de China. Otras fechas relevantes en el calendario
político del país son el mes de agosto –cuando los principales líderes se reúnen
en el balneario de Beidaihe-, o las semanas previas al 1 de Octubre cuando
generalmente se celebra la Sesión Plenaria del Comité Central del Partido
Comunista, reuniones que se pueden repetir en diciembre.
En la Sesión anual de la APN se fijan las principales metas
para el desarrollo económico de China: crecimiento del PIB, inflación, tasa de
paro, comercio exterior, inversiones, etc.
Una característica muy interesante de estas reuniones es que
durante los días de su celebración los delegados y los diferentes medios de prensa
tratan sobre diversos aspectos de la vida del país (desde la
política demográfica hasta la educación, desde los problemas de tráfico hasta
la polución; desde el deporte hasta la literatura y el arte; desde las
relaciones internacionales hasta la defensa nacional.)
Para un observador extranjero que tenga capacidad de seguir
la prensa local, esta es una excelente oportunidad para ponerse al día en casi todo lo relacionado con el país más poblado del mundo.
Leyendo entre líneas, viendo los gestos, las comparecencias
de los diferentes políticos –dónde, con quién, cómo- y la no comparecencia de
otros, se puede también llegar a conclusiones sobre cómo están las cosas y
cuáles serán las tendencias en el futuro cercano.
Viento estos días la televisión, escuchando la radio y
leyendo la prensa “descubro” que, en muchos aspectos, casi todo sigue siendo igual
que en los últimos 40 años que llevo relacionado con China.
El escenario de las reuniones es el mismo de siempre (el
“Gran Palacio del Pueblo”) y la “liturgia” no ha cambiado para nada. Los mismos
decorados con el mismo tipo de carteles; la misma música cuando los máximos
dirigentes hacen su entrada en el estrado presidencial; los mismos carteles con
sus nombres –en tarjetas de color rosa-; las mismas tazas blancas de té; los mismos lápices para tomar notas; las mismas palabras (solemnemente, exitosamente, concienzudamente, profundamente…); las
mismas imágenes en la televisión de los dirigentes chinos en riguroso orden jerárquico; los mismos hoteles donde se alojan los delegados … y un
largo etcétera.
Si no fuera porque los dirigentes han cambiado, como también
ha cambiado su forma de vestir, esta sesión plenaria de la APN, la XIIª desde
la fundación de la República Popular, mantiene las mismas formas que la de la IVª
sesión, celebrada en 1975 y en la cual Zhou Enlai hizo un llamamiento para alcanzar “las
cuatro modernizaciones” de China.
La cobertura de esta Sesión Plenaria por parte de la prensa
internacional sigue siendo también prácticamente la misma de las últimas
décadas. Se repite la foto de un soldado chino delante del retrato de Mao, la
panorámica del Gran Palacio del Pueblo con su estrado presidencial y los titulares
alarmistas sobre el gasto de defensa y sobre las perspectivas económicas. En este último caso, cuando el PIB crece “mucho” se destaca el peligro de un “calentamiento”
de la economía; y cuando el crecimiento es menor, como este año, se oyen voces
de alarma ante el “enfriamiento”. En ambos casos siempre se trata de escenarios
“inquietantes” para el mundo.
En ese entorno tan rígido de “las dos reuniones”, el cambio más
destacado este año es el uso de las redes sociales para que por un lado el
gobierno, y por el otro los ciudadanos, opinen sobre los temas que se están
tratando. La televisión y los periódicos publican las opiniones que van
apareciendo en las redes chinas e incluso se ha abierto la posibilidad de hacer
llegar al Primer Ministro Li Keqiang opiniones y sugerencias a través de una
iniciativa que se llama “si tienes un problema, pregúntale al Primer Ministro”.
En fin, como tantas cosas de China, casi todo ha cambiado; casi
todo sigue igual.
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