La prestigiosa publicación “The Economist”, en uno de sus blogs –“Johnson”, dedicado al lenguaje- se preguntaba hace una semanas por qué, después de más de 35 años de crecimiento y fortalecimiento “astronómico” de China, casi ninguna palabra de su idioma había sido adoptada por el inglés. Me permito recomendar su lectura, a todos aquellos interesados en la lengua más hablada del mundo.(La entrada del blog puede ser consultada en el siguiente link): Blog Johnson – The Economist
Es un tema para reflexionar. Nosotros nos podríamos preguntar: ¿cuántas palabras chinas han sido “adoptadas” en el español? , ¿cuántas palabras extranjeras encontramos en el idioma chino?
Analizando el caso del inglés, el artículo de la revista británica indicaba que quizás algunas de las muy pocas aportaciones chinas a la lengua de Shakespeare han sido palabras como Kung Fu, Tai Chi, Feng Shui, o más recientemente “guanxi”, aunque francamente creo que sólo las personas muy interesadas y/o relacionadas con China conocen su significado y pueden usar ese vocablo.
Una de las razones de esta falta de palabras chinas en el inglés, analiza el artículo, podría ser el que la apertura y fortalecimiento de China han sido algo “nuevo” y quizás habría que esperar otros veinte años más para encontrar un cambio relevante en la situación.
Para el autor del blog, algo parecido ocurrió con Japón; la influencia y uso de palabras de origen japonés en el inglés comienza sólo después de décadas de desarrollo económico de ese país asiático. Curiosamente, algunas de ellas vienen del chino, como por ejemplo “Tofu”.
La mía no es la opinión de un filólogo o experto en la materia, pero creo, asumiendo el riesgo de equivocarme, que aparte del factor del desarrollo económico, estamos hablando de un fenómeno que se puede aplicar a casi toda Asia, y una de sus causas, aparte de la falta de contactos y conocimiento mutuo entre Occidente y el continente asiático, es también la falta de grandes procesos migratorios a y desde Asia.
Veamos, por ejemplo, el caso de Corea del Sur, una de las mayores economías del mundo y un país cuyas empresas tienen una fuerte e importante presencia hasta en el último rincón del Planeta, más que China, y me atrevería a decir, más que Japón en la actualidad. Sin embargo, ¿cuántas palabras provenientes del coreano encontramos en Occidente, aparte de los nombres de marcas como Samsung, Daewoo, LG o KIA, por ejemplo?
Con el español tenemos una situación similar al inglés. Hay algunas palabras japonesas muy conocidas, como “tsunami”, por ejemplo; otras menos en chino y prácticamente ninguna en coreano, vietnamita o muchos de los otros idiomas de la región.
Entre algunas de las palabras provenientes del chino, encontramos por ejemplo, charol, tofu, feng shui, kung fu, ginseng , lichis o tofu. También tenemos otras que no son extranjerismos, pero que tienen que ver con China, como por ejemplo “Maoísmo”, “Confucianismo”, “mandarines” o “Pekinés”.
Más que un motivo económico, considero que se trata más bien de un tema cultural, histórico y sociológico.
Es interesante, a su vez, ver cómo en el idioma chino, a diferencia del japonés, los extranjerismos son también muy pocos. En este caso, aparte de los factores culturales, históricos y sociológicos, existen motivos idiomáticos.
El chino es un idioma que, sin alfabeto, puede asumir con relativa “facilidad” palabras/ideas/conceptos extranjeros y transformarlos a través de sus caracteres o ideogramas a su vocabulario, a diferencia del español donde estamos muy influenciados por el inglés, en especial en lo que tiene que ver con palabras relacionadas con la tecnología moderna.
Por ejemplo, un “móvil” o “celular”, es en China un “teléfono de mano (” 手机”), un SMS es un “mensaje corto” (短信), un ordenador o computadora es un “cerebro electrónico” (电脑), o un avión una “máquina voladora” (飞机).
Los pocos extranjerismos que vemos en el chino, vienen por ejemplo de alimentos (“chocolate”, “café”) cuyo significado es casi imposible de transformar en una idea; de aparatos/equipos como “moto”; o de temas culturales como “tango”.
Un caso interesante es el de las siglas. Por ejemplo, el chino siempre ha tenido traducciones “fáciles” para organismos internacionales (como FMI), o conceptos como Producto Interior Bruto (PIB), Índice General de Precios (IPC), u otros.
En los últimos años, sin embargo, y en el proceso de “extranjerización”/”occidentalización” de la sociedad china, vemos cada vez con mayor frecuencia el uso de siglas en inglés con IMF (para Fondo Monetario Internacional), GDP (para Producto Interior Bruto), o CPI (Índice de Precios al Consumo).
Mucha gente, en especial aquellos de mediana edad o más veteranos, no entiende ni está de acuerdo con el uso de esas siglas, cuando en el chino siempre han existido palabras para definirlas claramente.
No soy de los que creen que en las próximas décadas el desarrollo de China estimulará el uso de sus vocablos en idiomas como el español. Sí es verdad, que al igual que en caso de Corea del Sur, y en menor medida de Japón, cada vez nos acostumbraremos más a palabras como “Huawei” o “Haier”, marcas chinas de productos con una presencia cada vez más global.
Publicado originalmente en Global Asia
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